REFLEXIONES PANCRIOLLISTAS:
I. Territorios sin identidad
II. Países artificiales e inviables
III. Pensar lo criollo
IV. Unirnos para sobrevivir
V. Todo es igual a Nada
VI. Sobre Identitarismo y Nacionalismo
VII. Por la supervivencia de los blancos del Sur
VIII. Una Bandera Identitaria
IX. Arqueofuturismo etno-nacionalista
Los países sudamericanos, sus fronteras, son fruto del negocio de las oligarquías criollas con el comercio global del imperio británico, luego de que España se cayera por su propio peso.
Las enemistades y las fronteras entre los pueblos criollos, son fruto de los intereses de sus oligarquías y de la geopolítica inglesa interesada en mantenerlos separados.
Por eso me cago formalmente en las fronteras en nombre del pancriollismo. Sé muy bien que si de haber algún tipo de fronteras, no son las que hoy existen.
El pueblo criollo y sus intereses, no chocan ni varían de un lado al otro de las fronteras artificiales entre Chile, Argentina, Uruguay, Sur del Brasil, gran parte de Colombia. A los sumo podría haber alguna división administrativa, pero no mucho más que eso.
La palabra criollo se ha tomado de muchos modos y se le han dado muchas acepciones, pero la única consciencia criolla identitaria que puede hacernos dar un salto cualitativo en la mentalidad, en la que nos ubica como un sólo pueblo predominantemente de origen europeo, asentado en un extenso territorio de América del Sur, dividido por países que no responden a nuestros intereses, sino a los intereses de oligarquías miserables y globalistas, que agitan el resentimiento anti blanco contra los blancos conscientes y trabajadores, mientras ellos aprovechan su posición oligárquica y agitan el resentimiento ideológico contra su propia sangre.
Nuestros próceres son comunes, nuestras luchas son comunes, nuestros enemigos son comunes, nuestros intereses son compatibles. ¿Qué es lo que hace entonces que no podamos unirnos para sobrevivir?