REFLEXIONES PANCRIOLLISTAS:
I. Territorios sin identidad
II. Países artificiales e inviables
III. Pensar lo criollo
IV. Unirnos para sobrevivir
V. Todo es igual a Nada
VI. Sobre Identitarismo y Nacionalismo
VII. Por la supervivencia de los blancos del Sur
VIII. Una Bandera Identitaria
Nuestros estados, no son más que creaciones jurídicas para proteger intereses oligárquicos y globales. Iluminismo en un pacto con el cristianismo, para dar fundamento teórico a lo que no es más que poder oligárquico y opresor.
Cada tanto hay cierta reacción de las comunidades, casi siempre bajo control. La «patria» es un conjunto de frases hechas sin cohesión social, étnica ni cultural, mientras el dinero aplasta las identidades y la libertad de las personas.
Algunos temas son tabú: nada de identidad, nada de soluciones distintas a las establecidas: capitalismo liberal o capitalismo de estado, que son lo mismo por arriba, mientras la dialéctica entretiene e ilusiona a los de abajo.
No quiero salvar al estado. Mi patria no es su patria y mi dios no es su dios. Han extirpado nuestra cultura durante milenios, imponiendo la oscura cosmovisión del crucificado y sus gerentes. La afirmación anarquista: «Ni dios ni patria», no está mal, pero la mayoría de ellos lo hicieron desde un punto de vista «universal», y «todo» es igual a «nada».
La naturaleza no es indefinida ni homogénea, el hombre no es un átomo de un universo igualitario. La naturaleza da forma, sin forma no se puede distinguir nada: todo pasa a ser igual, amorfo y controlable.
Dioses y comunidades propias, volver paso a paso a lo natural, que fue extirpado paso a paso de los pueblos indoeuropeos, mediante el fuego de los monjes tenebrosos y el poder global del dinero.
Lo demás es dar vueltas sobre lo mismo: arreglos políticos que terminan beneficiando a los concentradores de poder. Julius Evola veía bien a la Edad Media, como parte de un retorno al poder «tradicional». Evola quería justificar sus arreglos políticos: No hay nada más lejos de la supervivencia de los pueblos indoeuropeos que la Edad Media: hija de la ignorancia y la persecución, como la España casposa que derrapó en América, cuando los hidalgos devenidos en criollos se sublevaron, buscando una libertad que ciertamente perdieron luego, pero no sin luchar.