Reflexiones Pancriollistas VIII: Una Bandera Identitaria

Reflexiones Pancriollistas VIII: Una Bandera Identitaria

REFLEXIONES PANCRIOLLISTAS:
I. Territorios sin identidad
II. Países artificiales e inviables
III. Pensar lo criollo
IV. Unirnos para sobrevivir
V. Todo es igual a Nada
VI. Sobre Identitarismo y Nacionalismo
VII. Por la supervivencia de los blancos del Sur
VIII. Una Bandera Identitaria

 

Somos lo que dicen los caminos. El primer tren, abiertas las vías con los pumas acechando detrás de los matorrales.
Somos el origen atávico de las lenguas indoeuropeas, mezclándose después de milenios en los últimos senderos del orbe.
Somos el regreso a los clanes. La sombra de los muertos en guerras fratricidas, del otro lado del mar.
Somos la recreación de los dogmas y también su olvido. El retorno a lo esencial.
Nos dieron distintas banderas para que siguiéramos asesinándonos entre nosotros, pero no nos gustó la idea y las desechamos.
Palimpsesto de estilos y arquitecturas que lucen diferente en las últimas fronteras del orbe, en su cruda inmensidad.
Pitagóricos y anarquistas. Tribales y sofisticados. Todos los nombres del blanco en una transversal armonía pancriollista.
Asumimos esta amarga misión de ser pioneros. De izar por primera vez una bandera creada por nosotros mismos. Generosamente creada para que cuelgue de los balcones olvidados.
Somos la desazón Del mundo arrojada al océano y dada por perdida. Pero a veces ocurren cosas fuera de lo común, y los niños puestos a morir en una cesta atraviesan indemnes la corriente y sobreviven.
Podemos ser cinco, diez o solamente un par, pero la nueva bandera existe. Y es más bella cuanto más le cueste darse a conocer. Como esos libros que cobran fama cuando su autor menos lo espera.
No esperamos demasiado de estos tiempos. No puede esperarse demasiado. Pero los objetos y los días van sobreviviendo como símbolos de una decadencia misteriosa. Y a veces el sol los alumbra de un modo extraño, y entonces cobran otra vida: su mejor vida.
Asombro al bajar de los barcos y ver al enemigo reciente como un hermano de raza. Extraña conjunción de Sudamérica en el puerto de amparo.
Una bandera es una consciencia renovada. Tarda en parirse un tiempo histórico irregular. Nadie sabe cuánto. Pero ahora existe. Y un símbolo cuando se levanta es algo que reviste cierta eternidad.

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