No todas las regiones de América son iguales. En general las oligarquías criollas derivan de las castas antiguas de los dueños de la tierra y de algunos negocios de explotación primaria y de contrabando. Los mejores «héroes» de la independencia, fueron en general desplazados por los apóstoles del libre comercio, apoyados por el poder económico con sede en Londres.
Explotadores para quienes la raza es una secta económica privilegiada y nada más. Explotaban a los aborígenes del mismo modo que a los euro descendientes: hoy no hay diferencia en eso. Luego se asociaron a las multinacionales modernas y siguieron en lo mismo.
En las sociedades en las cuales los que mandan son más blancos que los de abajo, se suma al factor económico un creciente racismo anti blanco, justificado en ocasiones, cuando las regiones son habitadas mayoritariamente por gente de etnias no blancas, que ya estaba aquí antes de la conquista.
Pero en la conquista los blancos también fueron víctimas. No todos claro, pero tampoco todos los indios eran libres de opresión por otros indios tan o más opresores y tiránicos que los blancos, entre ellos se odiaban y aún se odian: así es la vida y así es la historia.
Los blancos ya no pueden pensar como opresores, y los que así piensen son sencillamente unos traidores a sus hermanos blancos que sufren la opresión tanto como cualquiera. En la Argentina por ejemplo, que aún es el país más blanco de continente Sur, los blancos descendemos de criollos viejos perseguidos y de una masa de inmigración europea trabajadora que hizo de esta sociedad una cosa distinta a las demás del Sur: el país oligárquico fue importante a nivel mundial, pero para pocos oligarcas. Eso cambió con Perón, con un «fascismo revolucionario» dirían algunos mientras otros se espantan. La masa sumisa y de castas heredada de la vieja estructura colonial española no rige por aquí.
Hoy hay mucho que rever. Hay que pensar en grande pero ordenar las cosas no es fácil. El mundo criollo está atomizado y perdido. Los nacionalismos cívicos son sólo formas de acomodar la explotación y fraccionar el continente de un modo anti natural, con enfrentamientos sin sentido.
Las naciones pueden confederarse, pero desde el punto de vista étnico América del Sur es múltiple y una nación es ante todo étnica. Los explotados, los oprimidos, son más oprimidos cuando pierden su identidad. La identidad blanca la salvarán los blancos oprimidos. Los otros están muy bien como están. Y nuestra alianza debe ser con los demás pueblos oprimidos, nunca con los opresores. Nacimos en el lugar donde queremos estar, no nos equivoquemos de bando, que ya hemos tenido bastante de eso. Ni capitalismo liberal ni capitalismo de estado. No más castas de ladrones liberales o marxistas. Libertad para los pueblos y hermandad continental.