Como en cualquier grupo humano, entre los negros hoy la masa amorfa es la mayoría. Discutir qué cultura es superior a otra no tiene sentido. Entre los blancos se jerarquizan las culturas, pero no creo que los celtas fueran inferiores a los romanos porque no dejaron grandes construcciones en piedra. Cada cultura tiene su propio enfoque de la vida.
Tengo aversión a las manadas de bestias, sin importarme el color. Tengo aversión a los que manejan todo desde las penumbras con dinero. Tengo aversión a la destrucción de mi nación, como genética, como cultura, como espíritu. No tengo aversión ni rechazo a los negros, sino a los miserables. Nadie puede negar que Malcolm X era mucho más valioso que la burguesía rampante blanca de Occidente. De todos modos, mi deber es concientizar a los blancos, aunque admire a ciertos negros como el buen Malcolm y muchos otros.
No creo en lo universal, como orden comunitario. Pero desde el punto de vista de la lucha y del poder, prefiero el soldado político de un pueblo que a un «apolítico», porque los que se llaman apolíticos son siempre sirvientes obsecuentes de sus amos.
Los negros fueron esclavos, pero no fueron los únicos esclavos. La esclavitud de hecho era una institución muy difundida y hay que analizarla en un contexto particular, que si fuera sincero, nos llevaría a conclusiones muy distintas a las que nos imprime la propaganda de los vencedores, de los que van «en el sentido del mundo».
De todos modos hoy todos somos esclavos, para eso se abolió la antigua esclavitud, mucho más lógica que la actual: para dar paso a la nueva esclavitud. Hoy la división es más simple: los que están a favor de su comunidad, de su identidad y en contra del sistema y los que sirven voluntariamente al sistema.
Cada pueblo y cada cultura tiene derecho a su propio destino. Los negros hoy son arrojados como arma contra los blancos, pero ninguno de los dos gana. Respeto y admiro a los que luchan por su propia gente. Los demás merecen mi desprecio.
Adhiero a las formas antiguas, que son siempre más frontales y naturales que las modernas. Los hipócritas, se rasgan las vestiduras por la esclavitud en la confederación norteamericana (en la confederación rioplatense también los había) sin explicar ni mostrar el contexto, pero de hecho están a favor de la peor esclavitud moderna y posmoderna. Toda esclavitud por supuesto, debería quedar en el pasado, pero no voy a negar a mi gente ni voy a ensuciarla con la miserable propaganda del enemigo.
¡Larga vida al Sur!