La idea fuerza de una identidad blanca desde el extremo norte de América hasta el extremo Sur, es un hecho que sólo necesita llegar a los niveles de auto consciencia adecuados.
Las ideas y las religiones globalistas, respondiendo a intereses comerciales y financieros también globales, han coartado esa posibilidad. El iluminismo, el liberalismo, el marxismo y los cristianismos universales, han operado y operan en contra de esa posibilidad.
Del mismo modo no despegarse de los hechos europeos, que no tienen porqué determinar la historia de los blancos americanos, ha sido y es sumamente perjudicial. Lo que pienso sobre el nacional socialismo y el pangermanismo, ya ha sido dicho muchas veces.
Debemos asumir nuestra propia historia que, conectada a la europea no es sin embargo lo mismo. Nuestros próceres lo seguirán siendo, en la medida que analizado el rol histórico de cada uno, lleguemos a la conclusión de que el hombre o la mujer en cuestión, han aportado a la supervivencia criolla, ciñendo la palabra a su acepción de persona predominantemente blanca, en cuanto a aspecto, mentalidad, cultura y tradición.
Esto significa de algún modo reescribir nuestra historia. Que un criollo se haya hermanado en la lucha con los indios contra un enemigo común, no quiere decir necesariamente que haya abandonado su identidad. También muchos blancos han luchado contra los indios no por los blancos, sino por el capital internacional.
Nuestra cultura europea no implica no transformar nada y menos dejar de generar nuestra propia cultura. La creatividad juega un papel esencial en estas cosas. Tomamos cultura desde muchos miles de años atrás, no de un determinado período europeo, ni siquiera de uno americano. Somos arqueo futuristas blancos americanos.
Debemos centrarnos en nosotros mismos. Lo demás es asumirse inferior. Ni Carlos V ni Hitler nos determinan. Libertarios, sacrificados y orgullosos, debemos fortalecernos en nuestra propia forma de ser, proveniente de orígenes blancos múltiples pero necesariamente confluyentes, de Polo Norte a Polo Sur. Eso es lo que realmente importa: Ser nosotros mismos, sobrevivir y crecer con firmeza hacia el futuro.