Estoy cansado de los vigilantes de culos ajenos, esos que se creen rebeldes, pero son en realidad guardianes de una moralidad típica de los abrahámicos reprimidos, esos que terminan haciendo cosas mucho peores de las que dicen controlar, como intocable policía sexual.
Estoy cansado de las estructuras políticas caducas, que sentencian a una persona sólo porque sabe que los enemigos nunca son permanentes, sino que varían según las necesidades de supervivencia del propio grupo.
Estoy cansado de los que se miran el ombligo, y de los que creen que son el centro del mundo, cuando ya prácticamente no existen como centro de poder y ni siquiera como grupo humano.
Estoy harto de los soberbios tanto ideológicos como religiosos. Esos que dicen defender a la raza blanca cuando son en realidad los que objetivamente la han exterminado con sus mesianismos ridículos, con sus guerras fratricidas, de imperialismo capitalista o comunista.
Estoy harto de los que no pudiendo generar un poder propio, se afilian a poderes ajenos.
Estoy harto de los censores que están prestos a descalificar a un hermano de raza, cuando jamás han hecho nada concreto más que navegar por internet.
Estoy cansado de los que son anti, aún a costa de entregarse a un amo nuevo, que reemplazará al anterior.
Estoy harto de los que dicen en política que no van a tomar un determinado camino desde la comodidad de sus sillas, y reniegan de los que caminan sobre las ascuas de la realidad.
Muchos me dicen camarada, pero mi dios no es su dios, mi patria no es su patria. Patriotas de los centralismos estatales y de las iglesias descerebradas. No tengo nada que ver con ustedes, la verdad. El arqueo futurismo blanco será un camino al principio solitario, pero que se fortalecerá a medida que las rémoras del pasado vayan cayendo por su propio peso.