El genocidio blanco es global. Me preocupan los trabajadores blancos, los granjeros, la gente honesta de la cual este sistema chupa la sangre cada día. No me preocupan los otros blancos. A esos los reemplazaremos por gente consciente algún día, o deberán responder ante nosotros.
Las formas clásicas de la política no sirven, están completamente podridas y tampoco son las que utiliza el enemigo. No obstante todo apoyo, toda situación política que nos permita organizarnos y fortalecernos resulta buena. No me refiero a alguien en especial. Los políticos no deben ser juzgados en términos de «países», sino en términos de la nación blanca global. Lo que la favorece en algo es bueno, lo que la perjudica es malo. En general, ninguna izquierda nos será favorable. El liberalismo es sólo terrorismo económico y progresismo de izquierda.
Para mí, es lo mismo un ruso que un norteamericano, un brasileño, un colombiano, un francés, un español un italiano o un argentino. Es lo mismo en tanto tenga la consciencia de pertenecer a una raza amenazada, a un conflicto global.
No haré de la religión un problema. El modo como un blanco asimile el cristianismo es su tema, mientras respete las demás religiones de los demás blancos, en especial el paganismo al cual adhiero en un modo amplio.
En general, el islam será refractario a la nación blanca, es lo que ha demostrado. No obstante si una nación blanca es islámica, la respetaré mientras me respete y se mantenga dentro de sus límites.
Lo primero hoy es difundir la consciencia blanca de supervivencia. Todas las alianzas, acciones y relaciones deben estar enfocadas a ese objetivo.
Amamos nuestro suelo, pero cada suelo donde los blancos estén fuertemente establecidos, debe estar preparado y dispuesto a dar asilo a los blancos perseguidos. No será problema eso: la raza blanca ya es poco numerosa y todos los sitios blancos necesitan gente nuestra.