No es que busquemos destruir países. Los países se destruyen solos, ya que su esencia antinatural así lo determina.
En general desde el punto de vista identitario los países convencionales no tienen coherencia, sólo sirven para que un estado opresor administre la fuerza en orden a los intereses económicos que lo dominan.
Nuestra idea es otra. No somos clasistas, pero en general los ricos suelen servir al sistema que destruye las identidades. En general el dinero busca a los que sirven a su naturaleza, que es la ganancia a cualquier costo. Y todos sabemos que la grieta por la que pasan los honestos es ya muy fina.
De todos modos, los que están mejor tienen la oportunidad de ser solidarios con los hermanos que no están bien porque el sistema los aplasta. No con los vagos por supuesto, pero hoy en día, si un blanco es pobre puede no ser porque sea vago, sino porque nos están triturando de todos los modos posibles.
Necesitamos un sentido social, para ser una verdadera comunidad. Los países se destruyen a sí mismos y también destruyen a la mejor gente, en los términos de su lógica que es la que se impone.
En la vida la mayoría de las cosas son cuestión de actitud. No me importa lo que digas o lo que muestres: me importa lo que haces y lo que realmente sos.
A nuestra gente hay que darle una oportunidad, si sabemos que se la merece. Luego se verá si la actitud recíproca es la correcta. Los ricos que sólo cuidan su riqueza no son identitarios. Tampoco los que llevan una vida burguesa y son identitarios porque les parece que eso les puede ayudar a conservarla.