Ignorando la notoria superioridad técnica del seleccionado de fútbol “francés” por sobre la del seleccionado islandés (la que ha sido demostrada a lo largo de la historia, en los enfrentamientos de ambas selecciones y en el desempeño histórico de ambos, a pesar del mediocre desempeño que estaba exhibiendo Francia en esta última Eurocopa), el partido de hoy por los cuartos de final –que acabó con el sueño islandés de meterse en semifinales– puede ser utilizado como una cruel metáfora de la actual entropía racial y cultural en la que Europa se está sumiendo.
La selección de Islandia representa un pasado remoto, distante, pero que aún sobrevive en un mundo hostil. Todos sus jugadores pertenecen a la misma raza, la misma cultura y comparten una historia. Un país pequeño, y esta pequeñez brinda una mayor cohesión de la que puede lograr la universalidad, donde todo el mundo debe preocuparse por todo el mundo, es decir, por nadie en particular. Son los hijos de Sigurd.
La selección de Francia representa, por excelencia, al Mundo Moderno. Durante el partido con Islandia, 6 de los 11 jugadores del plantel eran africanos negros, y uno de ellos era afro-magrebí, es decir, 4 jugadores de la selección «nacional» de Francia eran europeos, algo trágico, teniendo en cuenta de lo poco significativo que es el término «nacional» hoy en día o, tal vez, de lo que ha pasado a significar: lo mejor de los jugadores de fútbol residentes dentro del territorio de un determinado estado-nación. Nada más, nada menos.
(Estadísticamente, la selección de Francia es una mentira, pues no hay un 60 y tanto % de la población de Francia que sea africana –espero–, por lo que el plantel estaría conformado por méritos sin importar la frontera étnica, más que un cuoteo racial.)
La selección de Francia corresponde a los hijos de la Nada. Una sociedad sin fronteras, absolutamente permeable y cada vez más falta de cohesión biológica y cultural. El mundo es un mercado abierto donde los seres humanos son tomados como mercancías intercambiables e insignificantes, sin más importancia que su valor como unidad laboral. La exclusión es para aquéllos que no se adaptan a la realidad de esta célula permeable.
Probablemente, la selección nacional de Islandia sólo sea monocultural por la sencilla razón de sus bajas tasas de inmigración, y no porque efectivamente haya un esfuerzo consciente detrás porque sea de esa manera: su selección es un simple reflejo de su realidad demográfica.
En esta oportunidad ha ganado el mercado globalizado por goleada. Personalmente, creo que el campeón de la Eurocopa saldrá del partido entre las selecciones de Francia o Alemania… algo que terminará avalando los esfuerzos por la integración por la que tanto ha hecho Angela Merkel y la Unión Europea y demostrará, una vez más para los progresistas, los beneficios (pues sólo puede hablarse de beneficios, ya que los perjuicios, daños, disturbios y múltiples desórdenes que causan las poblaciones ajenas son silenciados, y su responsabilidad es adjudicada al racismo, miedo e intolerancia de las poblaciones nativas europeas) que ha llevado la inmigración y colonización africana en Europa.