Anders Breivik & Intereses Genéticos vs. Intereses Fenotípicos

Anders Breivik & Intereses Genéticos vs. Intereses Fenotípicos

Textos » Traducciones | Autor: | 22.11.2014

Artículo publicado originalmente como “Anders Breivik & Genetic vs. Phenotypic Interests”, por Ted Sallis, en Counter-Currents

El actor turco Kivanc Tatlitug

Los lectores deben ser concientes de que tengo un fuerte interés en el concepto de “intereses étnico genéticos” tal como lo formula el Dr. Frank Salter, y detalla en su magnífico libro, On Genetic Interests, que considero un “deber” leer para cualquier nacionalista étnico o racial informado. He discutido este concepto en varios foros, y un sumario consiso puede ser encontrado aquí.

A veces hay confusión sobre lo que realmente son los “intereses genéticos”, incluyendo a gente que confunde intereses genéticos con intereses fenotípicos. Por ejemplo, ver los comentarios aquí, particularmente éste (estoy seguro de que a Greg no le importará que use su comentario como un ejemplo ilustrador):

Greg Johnson

 July 27, 2011 – 7:52 pm | Permalink

Buenas preguntas.

No creo que la mayoría de los paquistaníes se convertirían, pero eso no viene al caso realmente. Incluso si uno se convirtiera, ¿Realmente Breivik pensaría que ahora pertenece a Noruega? Él podría ser forzado por la lógica de su propio pensamiento. Pero como racista primero, último y siempre, la conversión no importa para mí. Para mí, la sangre es más espesa que el agua bendita.

En cuanto a los musulmanes, ésta es una buena pregunta. He conocido a Musulmanes Turcos y Bosnios que se ven tan Nórdicos como Breivik. Pero tengo un problema con que se muden a un país como Noruega, simplemente porque creo que el aumento de la diversidad religiosa es casi tan malo como el de la diversidad racial. Sigue creando conflicto en la sociedad, a pesar de que no pueda realmente socavar los intereses genéticos nórdicos.

 

Si algún Turco o Bosnio Musulmán que luzca como Anders Behring Breivik no tuviera directa influencia en el impacto negativo, la tendrían sobre los intereses étnico genéticos Noruegos/Nórdicos. Lo que importa es el genoma distintivo; los intereses étnico genéticos son, al final y no sorprendentemente, sobre genes, y no sólo ese pequeño subconjunto de genes que codifican la apariencia física.

 

En general, los costos para los intereses étnico genéticos están relacionados con la distancia genética, con los mayores impactos negativos siendo de las más grandes distancias (y, por supuesto, los más grandes números). Crudamente planteado, comenzando con Noruega, la distancia genética puede verse como: Suecia > Alemania/Inglaterra > Francia > España > Italia > Grecia > Turquía > Naciones Árabes/Noráfrica > Chinos > Nigerianos – con los Suecos siendo los más similares y los Nigerianos los más diferentes.

 

De hecho, un Turko o Bosnio determinado puede verse como un gemelo idéntico de Breivik, pero todavía sería más genéticamente distante de él, y del típico Noruego, que, por ejemplo, Sean Connery, Rudy Giuliani, etc.

 

En On Genetic Interests, Salter discute sobre intereses genéticos vs. Intereses fenotípicos. Como los genes son replicadores, el “esfuerzo” del fenotipo es hacia la replicación genética, y la conducta adaptativa se define en términos de aumentar la información genética distintiva, son intereses genéticos los intereses fundamentales. Es útil citar a Salter aquí (OGI, pg24) (énfasis añadido):

 

La vida es el interés fundamental, aunque todos estemos destinados a morir. Los fenotipos – organismos unidos por información suministrada por genes más el ambiente – son mortales. Las causas de la vida están en el proceso evolutivo transgeneracional que se remonta a tres billones de años hasta la primera entidad auto-replicante. De ello se desprende que los intereses fundamentales no residen en la supervivencia individual, sino que en la reproducción de la información usada por el organismo para construirse a sí mismo.

 

Es información – información genética – que subraya el interés fundamental para organismos evolucionados tales como los seres humanos. Esta información es de todo el genoma (distintivo), no sólo de ese subconjunto de genes que se codifican para la apariencia física. Independientemente de cómo se vea un Musulmán Turco o Bosnio, su contribución a los intereses genéticos de otros se basará en sus genomas distintivos, y no sólo en el aspecto físico como objeto de evaluación fenotípica.

No hay nada malo con tener intereses fenotípicos como interés secundario en el propio “portafolio”; sin embargo, no hay que confundir estos intereses con los intereses genéticos.  Tampoco sería adaptativo dar a los intereses fenotípicos prioridad sobre los intereses genéticos, ya que la coincidencia fenotípica es posible incluso en el contexto de distancia genética significativa, y la similitud fenotípica puede a veces ser mayor en “no-parientes” que en “parientes”. He escrito anteriormente sobre el tema de los “cornudos raciales”, que se aplica en tales casos, ver aquí y aquí. Otro problema de basar intereses genéticos en otra cosa que genes concretos es que puede invocarse “elitismo cognitivo” – CI, etc. – como la (única) medida fenotípica de interés, y afirmar que cualquier Asiático del Este o Sur con alto CI es aceptable independiente de su verdadera procedencia racial/genética.

Tal vez, el fenotipo está siendo utilizado por algunos como un sustituto de los genes, pero la identificación étnica parecería ser mejor. Hay por supuesto una correlación aproximada entre distancias genéticas y fenotípicas, y esta correlación aumenta mientras ambas distancias se hacen más grandes. Por ejemplo, un cachalote es tanto genética y fenotípicamente muy divergente de un humano. Un Nigeriano es tanto genética y fenotípicamente muy divergente de un Noruego. Todo esto es obvio. Pero lo contrario es cierto; mientras las distancias genéticas y fenotípicas se contraen, la relación entre las dos métricas se vuelve más borrosa y concidencias/desajustes pueden ocurrir. Puede ser cierto que un Turco se parezca a Breivik más que un Noruego, pero el Noruego sería más genéticamente cercano a Breivik que al Turco. Extraños pueden parecer hermanos más que lo que hermanos se parecen entre sí. Mientras más similares – genética y fenotípicamente – son dos grupos, mayor es la posibilidad de discordancia entre genotipo y fenotipo. Una comparación Nigeriano/Noruego es fácil. El tema de los “Turcos Nórdicos” comparados a Noruegos es más difícil.

Por supuesto, es posible que un “Turco Nórdico” sea más genéticamente cercano a Breivik que un “Turco de medioriente”, sin embargo, esta premisa necesita ser formal y empíricamente evaluada mediante análisis genéticos. Aunque fuese cierto, esto no significa que el “Turco Nórdico” no perjudique los intereses genéticos Noruegos, sólo que el daño hecho sería comparativamente menor que el del “Turco de medioriente”.

Por último, la adaptatividad está basada en relaciones de parentesco (y el parentesco étnico cuenta también como el parentesco familiar), y el fenotipo es sólo una secundaria cruda medida de parentesco. Ciertamente, si ninguna otra información existe más que el fenotipo, uno debe ir con la información al alcance, y hacer una estimación aproximada basada en el fenotipo. Pero, usualmente, las personas por lo menos conocen su propia ascendencia étnica y normalmente son concientes de la ascendencia étnica de otros. Lo cierto, es que la afiliación étnica puede también dar resultados ligeramente aberrantes cuando se miran distinciones más finas (e.g. un determinado Alemán puede estar más genéticamente relacionado con un Francés que con otro Alemán), pero la coincidencia de parentesco usualmente ocurre sólo entre etnias altamente relacionadas. En ausencia de datos genéticos fiables a nivel individual, la afiliación étnica puede servir como un sustituto aproximado, tal vez modificado por consideraciones fenotípicas.

Por lo tanto, para resumir:

 

  1. Si alguien quiere ante todo hacer hincapié en el fenotipo, es un interés perfectamente legítimo, pero no es directamente un interés genético. Pueden haber coincidencias entre intereses fenotípicos y genéticos, pero no son uno y lo mismo, y debemos evitar confundir los dos.

 

  1. Favorecer no-parientes (relativos) sobre parientes (relativos) basándose en el fenotipo es una opción que alguna gente podrá querer hacer, por ejemplo, considere éste comentario de Greg Johnson sobre “The Racial Makeup of the Turks” de Andrew Hamilton:

Además, mientras el Turco promedio representa una negativa reserva de intereses genéticos para el Inglés promedio, cuando miras a los individuos, conozco a un montón de Ingleses que habrían sido mejorados si uno de sus padres fuera uno de los actores Turcos o Bosnios representados aquí, salvo quizás por el último, a quién escogí porque claramente tiene un poco de sangre Asiática.

Por supuesto que tienen el derecho a hacerlo. Sin embargo, tal favorecimiento de no-parientes sobre parientes no es adaptativo en sentido biológico, a menos que uno pueda demostrar que tal favoritismo mejora los intereses genéticos netos mediante funciones y formas físicas perfeccionadas que compensan la pérdida de intereses genéticos brutos, y/o si los no-parientes actúan de tal manera para proveer dicha compensación. Pero en términos generales, el sentimiento citado directamente arriba daría lugar a un comportamiento de mala adaptación si se lleva hasta sus últimas consecuencias en todos los casos.

 

Por lo tanto, desde una perspectiva más amplia, ciertamente uno puede estar preocupado sobre el fenotipo como un legítimo interés en sí mismo. Sin embargo, uno no puede, y no debería, combinar fenotipo con intereses genéticos en la medida ejemplificada por la primera cita de Greg, arriba. Si quieres hacer hincapié en el fenotipo, bien, entonces debate sobre intereses fenotípicos; sin embargo, si vas a mencionar específicamente intereses genéticos, entonces debes concentrarte en genes y parentesco. No confundir los dos.

 

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