A diferencia de los pueblos europeos que, en ausencia de guerras contra pueblos extranjeros a las naciones europeas, durante siglos se han lanzado en luchas fratricidas que han decantado en límites territoriales que avanzan y retroceden, familias reales que son reemplazadas por otras familias reales, ciudades que son destruidas y gentilicios que van mutando en el tiempo, en América las comunidades blancas autoconscientes tienen la posibilidad de evitar el derramamiento de sangre, y esto es por algo irracional y no tanto por la capacidad racional de analizar los errores ocurridos en Europa, sino porque los procesos de composición de los países americanos y la adaptación al suelo americano favorece a la armonía entre pueblos familiarizados pero con diferencias.
Mientras que en Europa los milenios han permitido que existan procesos que hacen posible la diferenciación a un nivel más fino, la presencia europea en América como un todo carece del nivel de detalle que puede ser relevante en Europa. En un continente donde los blancos no son un pueblo originario sino que un flujo humano relativamente reciente en comparación a los miles de años en los que distintos pueblos y culturas indígenas se han sucedido, aniquilado, dominado, asimilado y explotado, es poco probable que las diferencias fenotípicas entre eurodescendientes salten a la vista de la forma en la que la cromatografía étnica se hace manifiesta en suelo europeo, donde los habitantes de España son capaces de diferenciar a las personas provenientes de las diversas comunidades autónomas.
El desarrollo de las identidades panétnicas es un fenómeno destacado dentro de las sociedades multiétnicas. Los expertos han utilizado el término panetnicidad para describir cuando diferentes grupos étnicos o tribales cooperan, organizan y construyen instituciones e identidades a través de las fronteras étnicas (Espiritu, 1992; Lopez & Espiritu, 1990). Históricamente, este cambio de límites se produjo en entornos coloniales como una forma de respuesta a los esfuerzos de las administraciones que agrupaban tribus nativas y poblaciones esclavizadas en categorías panétnicas (Anderson, 1991; Horowitz, 1985). Más actualmente, ha tenido lugar entre los grupos de inmigrantes que entran en sociedades de acogida, respecto del origen regional, nacional y las diferencias lingüísticas y, con el tiempo, se han reunido y desarrollado identidades panétnicas (Itzigsohn, 2004; Mora, 2014; Oboler, 1995).
El surgimiento de la identidad criolla obedece a un proceso de identificación panétnica, donde el origen europeo en común unifica a identidades que en suelo europeo podrían ser perfectamente adversarias e incluso enemigas. Para el caso americano, el pancriollismo (la unión de los criollos autoconscientes a través de redes de cooperación y de lazos de significado) avanza en la medida que criollos autoconscientes abandonan la ficción de los estados-naciones multirraciales y multiétnicos, dejando de lado banderas que llaman a la unión de los habitantes de un mismo territorio sin importar su origen, y a la separación de los habitantes de otros territorios, aun cuando algunos pudieran presentar un origen común (e.g., aymaras separados por documentos chilenos, peruanos y bolivianos). El elemento unificador de los criollos como identidad panétnica europea de ultramar es claro: origen europeo, idioma proveniente de lenguas romances, suelo americano. Las otras diferencias (que han causado guerras al otro lado del mar) son nimiedades que, en América, pueden ser pasadas por alto por una identidad que está en un proceso de descubrimiento y de concientización acerca de su propia existencia.
Bibliografía.
Anderson B. 1991. Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism. London: Verso
Espiritu YL. 1992. Asian American Panethnicity: Bridging Institutions and Identities. Philadelphia: Temple Univ. Press
Horowitz DL. 1985. Ethnic Groups in Conflict. Berkeley: Univ. Calif. Press
Itzigsohn J. 2004. The formation of Latino and Latina panethnic identities. In Not Just Black and White: Historical and Contemporary Perspectives on Immigration, Race, and Ethnicity in the United States, ed. N Foner, GM Fredrickson, pp. 197–216. New York: Russell Sage Found.
Lopez D, Espiritu YL. 1990. Panethnicity in the United States: a theoretical framework. Ethn. Racial Stud. 13:198–224
Mora GC. 2014. Cross-field effects and ethnic classification: the institutionalization of Hispanic panethnicity. Am. Sociol. Rev. 79:183–210
Oboler S. 1995. Ethnic Labels, Latino Lives: Identity and the Politics of (Re)Presentation in the United States. Minneapolis: Univ. Minn. Press