Llegaron ellos. América era un quilombo como cualquier lugar del mundo. Los fuertes dominaban a los débiles como en todo el mundo. Ya saben: Impuestos, sujeciones, a los aztecas se les iba la mano y arrancaban corazones a granel. Llegó Cortes y se le sumaron miles de inmediato.
Pizarro no era Cortés, acordemos, pero los incas lo quisieron usar para su guerra civil entre su ultra racista nobleza y calcularon mal. El gallego era más jodido que ellos, o no estaba acostumbrado a que lo sirvieran como un pelotudo y estaba más dado a arreglarse solo en la vida. Los incas sometían tribus hasta la mitad de los que hoy es Argentina. No es que esa tierra fuera de ellos digamos.
Valdivia era un señor. Los araucanos eran duros, pero como todo imperio sometían gente. En especial de este lado de la cordillera. Otros que se hacen los boludos. Estuvieron años aliados con los ingleses para contener el poder criollo argentino.
Los guaraníes son gente agradable. Se llevaron bien con los españoles. Pero también eran un imperio y siempre se odiaron y se odian con los aymaras y las tribus salvajes del Río de La Plata se tenían que alinear a ellos o andar saltando en pelotas entre uno y otro imperio «originario»
Nosotros llegamos trabajar y hacer algo acá en el Sur, donde no había una mierda. Vinimos masivamente de las hambrunas de Europa entre 1860 y 1950 apróximadamente. No conquistamos nada, aunque nuestra sangre se mezcló con la de criollos viejos.
El mestizaje vino de que muchas indias estaban lindas y andaban en pelotas, mientras nuestras mujeres ya no eran esas celtas tatuadas y hermosas, sino unas señoras asustadizas del pecado y bien tapadas. Además estaban lejos. Putas había, pero las putas son de todos y el hombre suele ser algo posesivo, en especial en aquel entonces, se complicó. Además, nadie sabía si la raza era universal o no, y como el pueblo elegido es el que acepta a Cristo, dale que va. Luego hicieron castas y así la confusión llegó al infinito. Esa oscuridad cristiana hipócrita y permisiva nos destrozó el pensamiento natural.
En el Norte mataron más indios y se mestizaron menos, pero es más o menos lo mismo. No saben si somos todos iguales o un «pueblo elegido» blanco en el sentido judaico. Una mierda las dos cosas la verdad.
Y así estamos, entre la culpa de la izquierda indigenista marxista y «el pueblo elegido» que pasarían a ser los pocos que van a quedar en pie después del liberalismo salvaje. Los ideólogos de ambas partes en pugna son blancos, tienen mucha plata y no se hacen demasiado problema por estas cosas, mientras mantengan su dinero, su poder y su posición y el verso les siga funcionando. Además, hacen muy buenos negocios entre ellos.
Ya no hay ningún pueblo acá, ni blanco, ni indio ni mestizo.