Hay que tener la capacidad de ser objetivos y sacar enseñanzas de cualquier lado, y estos días el Lobby Gay nos ha dado una cátedra.
Siendo sinceros, en los círculos, digamos (porque ya hemos visto que sólo aspiran a conservar el liberalismo), “conservadores”, no existe mucha simpatía hacia el tema homosexualidad. Motivos hay tantos como para escribir un libro, pero ninguno de ellos puede hacer frente contra el poder de su lobby, y ningún argumento puede destruir su coherencia, la que consiste en la incoherencia. Dudo que alguno de los miembros de estas organizaciones homosexualmente motivadas pierda su tiempo en argumentar con cristianos o conservadores, puesto que los argumentos que les pueda presentar un cristiano o un conservador distan bastante de su visión de la vida y el mundo pues sencillamente viven en otra frecuencia. Siendo la mayoría de ellos ateos o agnósticos, ¿qué les puede llegar a importar que la Biblia condene a los sodomitas? Siendo todos ellos progres y relativistas, ¿qué les puede llegar a importar sobre qué es y qué no es la familia para los conservadores?
El lobby LGBT ha venido a establecer su propia verdad, no ha refutar la verdad de otros o a entrar en discusiones sin fin con las instituciones añejas que hacen de “pilares” de la sociedad. Por dar un ejemplo, el lobby no ha venido a conversar con la Iglesia Católica, puesto que (1) tienen muy poco que ganar, y (2) no podrán ganarle en su campo ideológico. El lobby ha comprendido que, en una sociedad secularizada y de raíz liberal, hay que apelar a la libertad de pensamiento y a la razón de esta libertad, es decir, el pensamiento. Cambiando la manera de pensar o, mejor dicho, dando un pequeño empujón cual pastor arreando vacas, tienen el poder de, aun siendo muy pocos los que están detrás del lobby, influir a toda una sociedad con sus decisiones.
Si Nicolás tiene un papá, dos papás o veinte mil papás, es algo que sinceramente no me interesa, pero el Lobby Gay ha triunfado por hacer que me interese. El lobby ha logrado crear una realidad nueva en base al lenguaje, donde simplemente por el hecho de no aprobar (ni siquiera reprobar) su accionar, el individuo se transforma de inmediato en un homófobo y odiador, mereciendo ser alejado de sus pares y condenado por el resto de la sociedad. Sin darnos cuenta, el lobby ha logrado hacer de millones de habitantes de este país, participantes -por acción u omisión- de su drama. Y no sólo ha logrado poner su comedia barata en boca de todos, sino que ha conseguido que instituciones del Estado y otras privadas pero prestigiosas para la sociedad civil, apoyen su causa. Conociendo al Sistema, han sabido estudiarlo y hacerlo que trabaje para ellos, sin importar cuánta espuma hayan botado los conservadores por la boca.
Si es que este tema tiene solución, realmente no lo sé, pero creo que Bender, uno de mis pilares ideológicos, sí la tiene:
“Construiré mi propio parte temático con juegos de azar y mujerzuelas.”
La capacidad de detentar el poder en este país es tan remotamente lejana, que es preferible crear una realidad alterna donde no importe lo que pueda decir ninguna vedette que coquetee con el poder, pues
“Bender El Tremendo no te necesita, Bender El Tremendo no necesita a nadie.”