El día 12 de octubre recién pasado Fuerza Nacional-Identitaria y organizaciones afines se reunieron a los pies de la estatua de don Pedro de Valdivia para celebrar el día de la raza y de la hispanidad, fecha vital para todos los criollos y de olvidado orgullo cuyo fundamento se trata de recuperar paso a paso a través de actividades donde los identitarios se apoderen de espacios públicos para sembrar la semilla de la duda hereditaria en las mentes del ciudadano de a pie.
Así, frente a a la leyenda blanca y la leyenda negra nos plantamos ante el mundo celebrando desafiantes lo que somos, sin culpas ni disculpas por el pasado y sin ninguna consideración por nuestro actuar en el futuro. Mientras las carmelitas descalzas lloraban en sus casas por tal grave afrenta a ‘nuestros’ pueblos ‘originarios’, jóvenes rebeldes e inconformistas que tomaron la decisión de mirarse al espejo y de no tragarse los cuentos estigmatizadores de las aulas de clases del Sistema salieron a la calle a decir que la voluntad de los conquistadores y de los demás europeos que, del país que fuese y cualquiera fuera el momento de su llegada, no se ha extinguido, sino que vive en ellos, tanto en la sangre como en el espíritu de lucha.