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Contra sus mentiras | Autor: | 6.7.2014

«La nueva generación mapuche me llena de orgullo, es una generación distinta, mucho mejor preparada, tiene más estudios y está reclamando cosas con las que adhiero… me pone orgulloso que se esté haciendo una reivindicación del pueblo mapuche, que las nuevas generaciones se levanten.” Jean Beausejour Coliqueo

Otra nueva frase de futbolista, igualmente sin sentido que las demás, pero que en este caso esconde algo mucho más oscuro (en todo sentido).

Siempre apoyaré que las personas expresen su Identidad y se muestren orgullosos de ella. En esto, los pueblos de color están años luz adelantados respecto de la raza blanca, debido tanto al siempre presente individualismo innato en el hombre europoide como a la represión que sufre su colectivo racial de parte del Sistema, impidiéndole mostrarse orgulloso de sus raíces y tradiciones, además de no permitirle constituirse como un bloque unitario que le habilite luchar de una forma más favorable por sus intereses étnicos. Sumado a esto, está el hecho de que, por lo menos en el continente americano, los distintos pueblos indígenas tienen el beneplácito de la sociedad civil a la hora de llamarse a si mismos por lo que son. En lo que se refiere a esto, la tienen mucho más fácil, aunque esto no significa desconocer el siempre presente deseo de autodeterminación y de reconocimiento mutuo de los pueblos “nativos” de este continente.

Siento simpatía hacia algunas comunidades mapuche. Hay algunos miembros de ese pueblo que buscan vivir en su pedazo de tierra siguiendo sus tradiciones y modos de vida ancestrales, aunque ello les signifique no tener las comodidades que tan seductoramente les ofrece la sociedad huinca. La verdad es que gente como esa, que corriendo salvajes y libres a través de los bosques se ríen de la pseudo-vida sedentaria, materialista e individualista de los blancos, no sólo tienen mi simpatía, sino que los considero incluso posibles aliados en nuestra lucha identitaria, al contrario de aquellos hijos de siglos pasados que nos quieren englobar a todos como simplemente chilenos.

Sin perjuicio de lo anterior, existen ciertos personajes o colectividades enteras a las que les interesa poco o nada reivindicarse como el pueblo distinto que son, sino que sirven a intereses turbios que buscan fines poco relacionados con la diversidad cultural y más dirigidos a lograr objetivos internacionalistas en pos de la consecución de la reverenda idea de la aldea universal. Ejemplo de esto es el uso que hace la Izquierda marxista del nacionalismo indígena, una utilización puramente instrumental, considerando que ellos quieren una dictadura mundial del proletariado donde no existan diferencias raciales ni culturales y que, de llevarse a cabo en la realidad, sus líderes darían la espalda a sus antiguos colaboradores, los tacharían de reaccionarios y les impondrían una nueva versión de la Revolución Cultural para destruir cualquier atisbo de legado tradicional en el seno de los grupos humanos.

Sobre todo lo anterior, las declaraciones del futbolista y seleccionado “nacional” Jean Beausejour Coliqueo son mucho más que desafortunadas. No tengo nada en contra de él a nivel personal. Creo que no sabe lo que dijo ni mucho menos conoce su trasfondo. Lo más probable es que le hayan dicho en el backstage que caerían bien declaraciones de ese tipo.

La verdad, aunque duela, es que el susodicho no es mapuche, es un zambo (término utilizado en la colonia para designar al producto de la mezcla entre un indígena y una persona de raza negra), y en lo que respecta a sus apellidos, tiene lo mismo de mapuche que de francés. No hay que realizar un análisis fenotípico muy profundo, ni tampoco tener conocimientos mínimamente especializados en la materia, para darse cuenta de que como mapuche no califica. Mi pregunta es, ¿por qué la prensa y la opinión pública sostiene con tanta algarabía al futbolista como un emblema del pueblo mapuche, cuando nunca se hizo lo mismo con el más connotado José Marcelo Salas Melinao? ¿No será porque quizás el Matador no tenía la piel lo suficientemente oscura como para ser tomado como estandarte por los defensores de la corrección política? Porque si es que Salas no servía para esos fines por tener un fenotipo difuso con piel clara creo que es justo que Beausejour tampoco sirva por tener una Identidad definitivamente negroide.

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De lo que estamos en presencia aquí es de un ataque la Identidad blanca, tomando a cualquier elemento de color (café o negro, al parecer ya da igual) de una forma oportunista para darle más méritos de los que merece ese colectivo humano (no sé si a los afroamericanos o a los amerindios) para avivar el sentimiento de culpa, de vergüenza y de falta de cohesión (e incluso falta de consciencia de su propia existencia) entre los eurodescendientes de América.

Para terminar y al mismo tiempo volver a lo primero, quiero recalcar que el futbolista menciona de una forma positiva que los mapuche (sí, sin “s” al final) tengan más estudios, o sea, sean parte del sistema educacional occidental, o sea, se encuentran más integrados a la sociedad chilena. ¿No se supone que la verdadera causa mapuche es asentarse en un territorio independiente donde vivir según lo dictado por sus inmortales tradiciones, cultos, sistema económico y organización política, y no sacar al huinca del “poder” (que en realidad detentan otros) del Estado, adueñarse ellos de él y ser un país igual de occidentalizado y desprovisto de raíces, con una imagen indígena, pero un Estado jacobino, moderno y globalizado igual como el actual? Con cosas como esta es posible darse cuenta que, en muchas oportunidades (en general, las más alabadas por la prensa), la defensa de los intereses de los indígenas busca perpetuar la misma mierda, sólo que con distinto nombre.

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