La Sangre no lo es todo

La Sangre no lo es todo

Contra sus mentiras | Autor: | 15.10.2013

Debemos dejar de mirar a la Sangre como el factor máximo al momento de determinar una realidad étnica o racial, puesto que ella es solo una parte de aquella realidad, que se ve totalizada durante la comprensión de su danza de apareamiento mágica junto al Suelo.

De ser así ¿qué mayor diferencia existiría entre un grupos de igual origen racial pero situados en latitudes distintas del globo?.

Si bien los grupos de origen racial homogéneo, más allá de su disímil ubicación geográfica, suelen mantener parámetros conductuales y culturales similares, existen diferencias visibles que se originan producto del factor «Suelo» y que darán forma a lo que posteriormente se conocerá como «Identidad».

Las experiencias que los Pueblos deben vivenciar luego de ser desarraigados de su tierra natal, ya sea por voluntad propia o externa, necesariamente se incrustan, cual cuña, en su naciente identidad, que poco a poco y con el pasar de los años, se va traspasando por la Sangre a las futuras generaciones.

Ambos factores (Sangre y Suelo) forman parte de una danza perfecta en lo que a formación de grupos humanos respecta, y que serán la semilla que germinará en el nacimiento de una Identidad particular (como acontece con el caso de los Criollos).

Aquellos que hoy forma parte de la Sangre y que nos ha hecho ser distintos entre las diferentes razas Humanas, e incluso entre las distintas familias que componen una raza, es producto de las vicisitudes que cada Comunidad de Sangre ha debido experimentar en la tierra -Suelo- donde sus huestes se han posado.

Así como aquello que hoy forma parte de la Sangre es, en cierta medida, generado por el Suelo, la forma en que enfrentamos el nuevo territorio es producto de lo que nuestro código Sanguíneo trae grabado gracias a los siglos de evolución y adaptación.

Mientras Sangre y Suelo son factores que se complementan y conforman un todo, la Identidad es producto de ambas expresiones. Se podría señalar que la Identidad es el hijo de ambos factores complementarios e indispensables al momento de reconocer a un individuo definido en su origen.

Si nosotros, los Criollos, hemos desarrollado una existencia diferente a la gestada en Europa, siempre mirando a la Abuela con admiración pero sabiendo que nuestra Madre es América, es debido a que somos hijos de Sangre Europea (Ius Sanguinis) e hijos del Suelo Americano(Ius Solis).

Inclusive dentro de los mismos sectores que conforman la América Criolla existen diferentes realidades. Aunque siempre el punto de encuentro será, debido a que ha sido la mayor afluente de Sangre Europea en el Nuevo Mundo, la Hispanidad.

Compartimos con el resto de Centro y Sur América (sobre todo en lo referente al Eje Sur de Brasil- Uruguay- Argentina- Chile) un sin fin de rasgos comunes, no tan solo en lo físico, sino que también en lo cultural y conductual.

Un factor importante y que une a los Pueblos, ya que los ayuda en su comprensión, es la lengua. Si bien cada país americano mantiene modismos particulares que los diferencian con los vecinos, en el grueso del lenguaje mantenemos una gran concordancia, lo que nos permite expresar sentimientos y emociones que logran ser comprensibles para todos, sin mayor dificultad.

Los valores y principios que le han dado vida a este joven mundo, son similares, más allá de las intervenciones en nuestro código axiológico debido a corrientes de pensamientos modernas que corrompen lo que, en el pasado, fue el alma Europea y el ánima Pagana traída por nuestros ancestros.

El gran problema que veo referente al sentir Identitario, es que lo que tenemos por herencia no lo reconocemos ni fomentamos, no lo trabajamos ni exponenciamos. Lo anterior ha significado que personas con un origen diferente o, gracias a la triste realidad del mestizaje, sin origen claro alguno, levanten el estandarte de la Hispanidad y, en su mayor expresión como reflejo del Orgullo Blanco en América, el Criollismo.

El travestismo racial e Identitario en este mundo, producido por distintos factores como son el desconocimiento de los temas raciales (en sus vertientes bio-psico-cultural), el nulo apoderamiento de lo que por herencia nos pertenece, las mentiras del Sistema que han generado un continente huacho, entre otros tantos, ha producido que más allá del pasar de los siglos, no tengamos historia ni una cultura a la cual aferrarnos.

Todos aquellos que nos llamamos «despiertos», necesariamente hemos debido recurrir a textos foráneos y adaptarlos a nuestra realidad; a deidades gestadas y desarrolladas en Europa, con el fin de desentendernos de los caprichos judeo-cristianos; a cosmovisiones políticas generadas para otros Suelos y otros tiempos.

Si queremos prosperar y crecer como comunidad particular, unida por la Sangre con Europa pero diferente gracias a nuestro Suelo, deberemos emprender una lucha cultural en todo aspecto, sumado a una contienda callejera donde deberemos, necesariamente, trasmitir nuestros mensaje Identitario a la gente correcta, y no esforzarnos en aquellos que no son dignos herederos de aquella Sangre.

¿Qué podemos sacar tratando de implantar modelos políticos no acordes a nuestra realidad país ni continental?
¿Qué sacamos con alabar tantas divinidades nórdicas cuando nuestra herencia se encuentra en el Mediterráneo?
¿Qué sacamos con leer autores que escriben para otra gente en otro lugar y no para nosotros?

Como Criollos, tenemos la capacidad, tanto física como intelectual, para conseguir lo mismo y más que aquellos alcanzado por los Europeos durante todos estos milenios de desarrollo desde la llegada a dicho continente.

Nuestro trabajo debe comenzar ahora.


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